viernes, 16 de marzo de 2007

Decepción


La vida es una continua y absurda decepción. Las relaciones personales no dejan más que la huella leve de un deseo frustrado. Esperamos de los demás algo que no son, una proyección de lo que somos o, más bien, de lo que nos gustaría ser. Pero las personas somos como somos, y la esencia no puede perderse nunca. Ellos, los demás, también esperan de mí algo que nunca seré. Y así, nos vemos todos envueltos en una espiral de recíprocas decepciones.
Lo triste es que algunas veces bastaría con levantar la vista y ver más allá a la persona que está enfrente, que nos llama con un gesto, una mirada... pero el ego no nos lo permite.
Toda mi vida me han reprochado el ser "de pocas palabras". El problema es que quienes lo hacen aún no se han dado cuenta de que no siempre las necesito, a pesar de ser la palabra el único arte que entiendo y que me entiende a mí. El tiempo que me ahorro malgastando palabras baldías, lo invierto en observar a aquellos que están cerca, para saber cuándo necesitan que les tienda una mano. Supongo que gran parte de esos gritos callados de la gente escapa a mi intuición, convirtiéndose en nuevas decepciones que alimenten ese bucle de mutuos desengaños.
Sé que no he nacido para ser alegre, pero es en las pequeñas cosas donde encuentro mis momentos de felicidad. Y no todo el mundo sabe cultivar esas pequeñas cosas, detalles que podrían hacer cambiar en un instante una lágrima por una sonrisa, y ver, como me ha dicho alguien hoy, "esas preciosas medias lunas que son tus hoyuelos cuando ríes".

viernes, 2 de marzo de 2007

Deshielo

Aún están los gorros y los guantes impasibles en el armario, algunos incluso tienen todavía la etiqueta. ¡¡Con lo que me gusta a mí transformarme en la Barbie complementos y camuflarme debajo de una bufanda y encasquetarme un gorrito para que mis orejas no sufran de congelamiento!! Y este año, la naturaleza me ha privado de ese placer... La marmota de Punxsutawney (Pensylvania) ha decidido despertarse de su letargo. Los parajitos cantan (con tanto descontrol se les ha ido la olla y han hecho el nido antes de tiempo) y las nubes se levantan. Los osos polares se ahogan. Nos estamos recalentando y nos hemos dado cuenta demasiado tarde. Ahora les echamos la culpa a los chinos (es lo más fácil, como son muchos siempre habrá alguno que sea responsable de algo) por no suscribir Kioto, pero el fenómeno del calentamiento global lleva gestándose muchos años, gracias a la porquería generada por las naciones "desarrolladas" occidentales.
El objetivo de este post no es alertaros de los efectos del calentamiento global para que uséis transportes públicos y apaguéis las luces innecesarias, sino comunicaros que yo corro un grave peligro. Me derretiré como los polos, la mujer de hielo desaparecerá... Ya han llegado los primeros síntomas: tengo astenia primaveral prematura (e hipocondria, como podréis observar). Pronto me darán cortes de digestión repentinos y os vomitaré encima. La consecuencia inebitable de todo esto será el deshielo... Así que, solidarizaos con la causa y apagad el aire acondicionado (uno de los principales responsables del efecto invernadero), si no queréis que un espíritu libre se evapore.