domingo, 17 de diciembre de 2006

Desconocidos

Salí de clase con esa sensación de alivio que se apodera de una cuando se da cuenta de que está a punto de salir relativamente airosa de una de esas semanas estresantes, llena de exámenes, prácticas y trabajos en grupo en los que unos curran, otros dan la cara y el resto se limita a fingir que ha hecho algo. Caminé hacia la estación de tren, respirando el, a esas horas aparentemente más respirable, aire de la gran ciudad, con el olor a zoo y a otoño tardío de la Ciutadella. Ya en el andén, se me acercó un hombre de mediana edad que me dijo "perdoni, pèro té un aspecte esquisit" (o algo parecido, que mis escasos conocimientos de catalán me hicieron interpretar así). Mi reacción natural fue dedicarle una de esas miradas que denotan una mezcla de asco y desprecio absoluto, a lo que el hombre sólo pudo responder con una segunda y una tercera disculpa. Me alejé de aquel potencial agresor sexual y me senté en un banco rodeada de extraños. Mientras intentaba descifrar (sin éxito) la conversación telefónica en inglés de un ejecutivo que gitaba, convencido de que nadie le entendía o de que a nadie le interesaba lo que decía, me percaté de que aquellas habían sido las únicas palabras amables que alguien me había dirigido en todo el día, y tal vez en semanas. Y yo, no sólo no se lo agradecí, sino que me aseguré de que el pobre hombre se sintiera un ser miserable. Pensé volver para darle las gracias, pero claudiqué de esa posibilidad, ya que lo único que conseguiría sería que ese desconocido me tomara por loca. Entretanto, gracias a mi indecisión, se subió a un tren con destino a Mataró.

3 comentarios:

Sara dijo...

Visto lo visto, voy a dejarme un autocomentario, por eso de hacer desaparecer los ceros de mi blog...

Anónimo dijo...

no me imaginaba que te auto contestaras, me has hecho sacar una grata sonrisa y es dificil a estas horas de la noche.

creo que lo que no has sabido decir con tu voz has sabido expresarlo muy bien con las palabras.

la proxima vez intenta mirar más allá de lo que oyes y busca que quiere decir la otra persona con el lenguaje de su cuerpo.

un beso

Sara dijo...

A veces es más fácil hablar con desconocidos, y tú lo sabes.