miércoles, 20 de diciembre de 2006

Doble vida

A veces creo que mi vida virtual se aleja de mi existencia real hasta un límite peligroso. Corro el riesgo de que mi alter ego cibernético adquiera vida propia. Y lo digo porque hoy he tenido la oportunidad de conocer a dos personas, a las que veo casi a diario y con las que hasta ahora apenas había intercambiado cuatro palabras, a través de sendas conversaciones internáuticas (no simultáneas). Empieza a preocuparme que mi yo mentiroso -internet es lo que tiene, nada es lo que parece- acabe por ser más humano que yo.

1 comentario:

REFUGEE dijo...

Supongo que esto se lo respondo a tu yo – mentiroso (quizá mejor buscarle un seudónimo… llamarte mentirosa después de perdida será cavar una tumba en esta nueva amistad). Es curioso cómo una red de teclas y bits nos desnudan de las máscaras convencionales y permiten expresar sentimientos, pensamientos, ideas que difícilmente compartiríamos. Supongo que es la magia de la tecnología, la victoria sobre la naturaleza…, aunque yo siempre preferiré una conversación nocturna con un poquito de vino y a poder ser en una terraza.
Hasta que ese momento llegué me conformaré con estas cartas entre mentirosos, claro que ser un mentiroso te permite decir verdades como puños. Un abrazo.